Despido en mercadona de Vilalba (Lugo)
Este despido, en principio normal en las relaciones Mercadona-CNT --si se pueden llamar normales los despidos--, significa en sí no un cambio en la metodología de Mercadona, sino la puesta a la luz de que es imposible hablar con quien no quiere escuchar. El 15 de setiembre de 2006, se constituye la Sección Sindical de la CNT de Lugo y Pontevedra, y el compañero Juan, trabajador de la sucursal de Vilalba (Lugo), es elegido delegado. De acuerdo con la LOLS, se mandan a la Xunta los documentos pertinentes para su legalización. Pero, además de comunicar a la empresa la constitución de la sección --lo único que prescribe la LOLS--, se decide ver hasta qué punto puede ser posible una relación más o menos respetuosa entre empresa y sección; con el condicionante que significaba el conflicto entre Mercadona y los cenetistas en Sant Sadurní d'Anoia, compañeros con los que siempre estará la CNT de Lugo. Así, se inicia un intercambio de comunicados entre Mercadona, en la persona de su abogado, Gustavo Serantes, y el secretario de Jurídica, Pro-presos y Asuntos Sociales de la CNT de Lugo. Y mientras en los comunicados de la CNT se aprecia, dentro de la firmeza, un "a ver si salta la liebre", Gustavo Serantes responde siempre no solo no queriendo reconocer que no se necesitaba la conformidad de Mercadona para la existencia de la sección, sino que para basar sus argumentos quería interpretar los estatutos de la CNT --casi terminaba "discutiendo sobre el sexo de los ángeles"--. En lo que sí se llega a un acuerdo, aunque verbal, es en que si existiese algún conflicto, habría una charla para intentar solucionarlo por las buenas --acuerdo que solo una vez se llevó a cabo. A partir de la constitución, o mejor, a partir de un roce entre la coordinadora de la sucursal de Vilalba y el delegado de la sección --que fue lo que se resolvió en charla entre Gustavo Serantes y el secretario de Jurídica--, y como el delegado ya se había negado a aceptar los ofrecimientos de Mercadona y dejar el sindicato, se inicia un periodo de presiones que derivan en acoso laboral puro y duro. En enero de 2007, se presentó la demanda de conciliación previa a la denuncia por acoso, conciliación en la que la empresa se empecinó en sus argumentos --hasta hoy en día, siempre representó a Mercadona Gustavo Serantes--. Sin transcurrir casi el tiempo, el 16 de febrero, se le comunica el despido al delegado de la sección; y, en la conciliación, la CNT pide la nulidad del mismo, que Serantes no acepta. Y el 31 de marzo, en protesta por el despido, una veintena de militantes de la CNT se concentra ante la sucursal de Mercadona en Vilalba --concentración con el acostumbrado rifirrafe con policías o guardias civiles, en este caso guardias civiles, y la denuncia de Mercadona contra los que consideraba responsables de que parte de los concentrados hubiera entrado en el local. Retomando lo expresado al principio, la postura de Mercadona en el conflicto que mantiene con la CNT hace muy difícil llegar a acuerdos. A menos que, por circunstancias que no nos atrevemos ni siquiera a intentar adivinar, los intereses de Juan Roig cambien de signo, o vea que llevarlos a cabo le va a salir muy caro.