Diálogos Premiananeses I

DIÁLOGOS PREMIANENSES I.

  • Ya nadie cree en los sindicatos
  • ¿Por qué dices eso?
  • Pues porque no valen ni sirven para nada.
  • Será en todo caso que la gente que está en ellos no vale ni sirve.
  • Sabes tan bien como yo que están todos vendidos.
  • Yo estoy en un sindicato y no estoy ni estamos vendidos.
  • ¿Ah sí? ¿Cuál?
  • La CNT de Premià
  • ¿Y crees que sirve para algo?
  • Por supuesto, no estaría si no pensase así
  • ¿Y por qué piensas que sí?
  • Pues primeramente porque creo en mí, porque formo parte de él y considero que soy útil, porque aprendo, porque ayudo, porque me solidarizo, porque enseño lo poco que aprendo, porque comparto, porque pienso, porque me organizo, porque escribo y ordeno mis pensamientos, porque reivindico, porque soy activo, porque me informo, porque decido, en definitiva, porque creo (del verbo crear aunque también del verbo creer) algo diferente, distinto, que no encuentro en otras partes y que surge libremente, sin imposición de nadie.
  • ¿Es que estás tú solo acaso?
  • Ni mucho menos, a mi alrededor hay gente que enseña, comparte experiencias, participa, se solidariza, ayuda, aprende, dedica su tiempo, me informa, reivindica, se compromete, denuncia, es decir, personas en las que confío porque día tras día me lo demuestran con su ejemplo.
  • Pero vosotros solos no vais a poder cambiar nada y lo sabes.
  • Sé que para ti es más fácil confiar en gente que no has visto ni tratado nunca, que te promete que tu vida será mejor y más digna si confías en ella y que su único interés es el bienestar de todos los ciudadanos. Eso sí, suelen acordarse de ti cada 4 años mientras de lo que yo te hablo se refiere al día a día, al compromiso, a la conciencia y no al mero interés particular e individual.
  • No todo el mundo funciona así ni tiene tiempo para dedicarse a lo que propones.
  • Seguramente, es cuestión de prioridades y yo tengo las mías, aunque precisamente lo que propugnamos es que cada cual aporte aquello que pueda, lo que mejor se le dé, en lo que sea más válido o en lo que más le guste. No imponemos horarios ni tareas, piensa que son otros los que organizan tu vida, nosotros precisamente nos organizamos para que nadie nos imponga nada y ser capaces de organizar nuestra vida.
  • Suena muy bien lo que dices, pero sabes que es imposible llevarlo a la práctica.
  • Tienes razón, mientras una inmensa mayoría no tenga claras sus prioridades, su papel, su sometimiento, su condición de trabajador/a, su escaso poder decisorio y su dependencia será imposible conseguirlo.
  • Estamos perdidos pues…
  • Nosotros tenemos claro el camino y nuestro destino está tan lejano que ni siquiera lo divisamos. Te confieso que muy lentamente vamos avanzando, muchas veces incluso tenemos la sensación de estar siempre volviendo a empezar.


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