La semana 45 de este año estuve vomitando cabreos y rabia ante la elección del mafioso Enrique Arnaldo como Magistrado del Tribunal Constitucional. Sentí vergüenza ajena al escuchar la defensa del voto afirmativo de Jaume Asens, portavoz en el Congreso de los Diputados de Unidas Podemos (Hundidas No pueden).
Según
algunos economistas italianos la Mafia controla el 20% de la economía de
Italia. Y para haber llegado a esta cifra ha sido imprescindible la
participación del propio estado italiano.
En los
orígenes de la Mafia está en tener un brazo metido en el Estado y el ejemplo
más importante lo tenemos con Giulio Andreotti que estuvo presente en el
Parlamento italiano desde 1946, con veintisiete años, y senador vitalicio desde
1991, hasta su muerte en 2013. Fue presidente del gobierno en siete ocasiones y
ministro desde 1954. Por todos los cargos que pasó dejó un reguero de irregularidades
propias de un mafioso saqueando fondos públicos. Era uno de los representantes
más destacados del partido Democracia Cristiana y estuvo detrás del asesinato
de estado de su compañero de partido Aldo Moro, que quería gobernar con el PCI,
cuando el estalinismo italiano proponía un pacto en la cúpula del Estado que
llamaron Eurocomunismo.
Mientras
los diputados debatían acaloradamente con los cambios de gobierno, Andreotti
estaba tranquilo y leyendo el periódico en el hemiciclo como si nada fuera con
él.
La
Mafia controlaba el mismísimo banco Ambrosiano del Vaticano que llegó a
convertirse en un paraíso fiscal donde se blanqueaba el dinero de los tráficos
de personas, armas, droga y prostitución. Con la llegada del Papa Francisco el
estado Vaticano ha dejado de ser un paraíso fiscal.
Los
políticos de la Cosa Nostra siempre aludían al “sentido de Estado”. La misma
que, en España, repetía Juan Carlos de Borbón, ahora huido como un mafioso
cualquiera amparado por la inmunidad a pesar de conocerse sus impunidades.
También,
los chorizos corruptos Felipe González y Alfonso Guerra. El primero creando un
grupo armado mafioso como los GAL financiado con dinero público y el segundo
encargando Dossiers mafiosos al que levantaba la voz. A ambos se les llenaba la
boca con el “sentido de Estado” y actuaban como los miembros de la Cosa Nostra.
Después
llegó el PP… convirtiéndose en el primer partido de Europa juzgado y acusado de
prácticas mafiosas de todo tipo. Económicas, políticas, policiales, culturales
y sociales. Los manifestantes madrileños gritaban en la sede del PP de la calle
Génova de Madrid ¡Es una mafia! ¡No es un partido! ¡Es una mafia!¡No es un
partido!
Quisiera
recordar la actitud de los alcaldes del PCE de Andalucía surgidos de las
primeras elecciones municipales de 1979… Rindieron pleitesía a los
terratenientes y a la aristocracia rural y hasta Julio Anguita declaró, cuando
era alcalde de Córdoba, que las leyes franquistas no eran tan malas. Más tarde
protagonizó la pinza con Aznar para hacerle presidente, lo mismo que hizo
Stalin cuando prohibió a los comunistas alemanes que pactaran con el SPD y el
resultado fue el triunfo de Hitler.
El PCE
es el auténtico cáncer de la izquierda y cuando no ha podido dominar un
movimiento social lo ha atacado con todas sus fuerzas para destruirlo. Como ya
hizo con el movimiento vecinal en la Transición y más recientemente con el 15M
de 2011 donde Podemos conectó con las aspiraciones de ese movimiento hasta que
el PCE se apoderó de Podemos creando la coalición Unidas Podemos y han
conseguido colocar a una militante suya como candidata a la presidencia del
gobierno llamada Yolanda Díaz. El 15M decía que el problema no era
derecha-izquierda sino los de abajo y los de arriba. Con la votación de Enrique
Arnaldo han vuelto a entrar en la Casta por la puerta grande por el “sentido de
estado”. Y una vez más la labor del PCE ha sido clave para cargarse
definitivamente las reivindicaciones que surgieron del 15M.
Lo dicho, la Mafia llega al Estado y el Estado actúa como la Mafia.
Juan
F. Vergara
www.juanfvergara.com
Premià
de Mar, 20.11.21
No hay comentarios:
Publicar un comentario